Hablar de Semana Santa en Tarancón es hablar de fe, cultura y tradición. Declarada de Interés Turístico Regional en el año 2010, nuestra semana mayor hunde sus raíces en el siglo XVI.
El convulso siglo XIX y la Guerra Civil española constituyeron oscuros periodos para las cofradías, pero gracias al tesón de sus miembros, muchas de ellas se reagruparon y a partir de los años 50 surgieron otras nuevas, constituyendo a día de hoy ocho cofradías que, desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección, ponen en la calle sus más preciadas y veneradas imágenes ya sea a través de desfiles procesionales o Vía-Crucis que muestran la fe y la devoción del Tarancón más íntimo. Sin embargo, sí que merece la pena destacar tres días clave dentro de esta semana, como son el Jueves Santo, el Viernes Santo y el Sábado de Gloria.
El primer día, el viajero se sumergirá en las calles del Tarancón más antiguo, contemplando con el corazón encogido por la emoción y el respeto, la bajada de los pasos procesionales por las empinadas escaleras de la cuesta de la iglesia. Configuran una estampa única para los sentidos donde fervor, música y aplausos se mezclan en el mismo punto. Para finalizar esta noche de emociones, el canto del miserere al encuentro de Jesús Nazareno y la Virgen de la Soledad en el más absoluto silencio pondrá el broche de oro a la jornada.
El Viernes Santo, la cristiandad entera se viste de luto. En Tarancón es día de visitar los monumentos eucarísticos y por la noche disfrutar del sabor más castizo con la Procesión del Santo Entierro que tiene su punto álgido con la ceremonia del entierro de Cristo, donde las imágenes del Santo Cristo Yacente y Nuestra Señora de la Soledad dan tres vueltas a la Plaza de la Constitución entre el canto del ‘Stabat Mater’, los sermones del párroco de la Asunción desde el balcón del Antiguo Ayuntamiento y las marchas fúnebres interpretadas por la Agrupación Musical Nuestra Señora de Riánsares.
Por último, el Sábado de Gloria, Tarancón se convierte por unas horas en la ciudad de Jerusalén, donde calles y plazas serán testigos de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo a través de una cuidada representación con más de un centenar de actores, luces y música que está declarada de Interés Turístico Regional desde el año 1995: la Pasión Viviente.
Por lo tanto, venir a Tarancón en Semana Santa es dejarse empapar por el fervor y la tradición de todo un pueblo que durante una semana da lo mejor de sí para hacer de nuestra Semana Mayor una celebración donde foráneos y visitantes, creyentes o no contemplen nuestro arte, nuestras costumbres o nuestra gastronomía.